# Mil años antes o mil años después
«Una vez, me quedé dormido en la autopista entre Marsella y Lyon. Esas líneas que pasan... Me quedé dormido unos instantes y me desperté porque mi coche había chocado contra esa cosa de la izquierda que separa los dos sentidos. Me agarré al volante intentando mantener los ojos abiertos. Y vi, no fue una idea, ni un espejismo, realmente fue como si pudiera ver aquel [[../../Lecturas/Poesia/Lugar|lugar]] mil años antes o mil años después. Esa pista de asfalto, de alquitrán, totalmente cuarteada, agrietada, invadida por la hierba, como los vestigios de una antigua civilización. Inútil, en [[../../Fragmentarium/Ruinas|ruinas]]... el Partenón, las pirámides, la autopista, las fábricas, todo era igual. Sobre aquella pista, hombres, mujeres, vagabundos, llevando sobre el hombro un saco atado a un palo, caminando, como al final de las películas de Charlot. Pero no iban a ninguna parte, todo había terminado, se iban. Entonces me dije a mí mismo que no faltaba mucho, que pronto todo habría acabado. Las viviendas protegidas, los coches, los cines. Puede que alguien muy viejo, un anciano, recordara aún y les explicara a los jóvenes que había cines, que se trataba de imágenes que se movían, que hablaban. Y los jóvenes no lo iban a comprender».
«Hay que ver lo mucho que aún crees en el hombre».
(Diálogo entre Alexandre y Marie en la película [La maman et la putain –La mamá y la puta–](https://www.filmin.es/pelicula/la-mama-y-la-puta) de Jean Eustache, 1973)
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