# El triunfo de la derrota
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> **2017/2018** - [Marco Noris, visual artist - El triunfo de la derrota](https://marconoris.com/the-triumph-of-defeat)

*El triunfo de la derrota* se sitúa en una reflexión crítica sobre una de las características centrales de la contemporaneidad: la negación sistemática de lo oscuro, de lo vulnerable y de lo mortal. En un contexto marcado por la precariedad, las grietas sociales y las ruinas materiales y simbólicas, la humanidad ultraliberal recurre a una huida hacia adelante —tecnológica, consumista y espectacular— como mecanismo de evasión frente al miedo y la finitud.
Desde la pintura, el proyecto explora los territorios incómodos de la negación y de la sombra: fosas comunes, accidentes, cuerpos violentados, desechos, vertederos, víctimas de la violencia institucional, efigies derrumbadas, prófugos o figuras mutantes. El conjunto de la obra configura un prontuario del hundimiento, un archivo visual de ruinas morales y materiales que da cuenta del colapso de valores, de la fragilidad de las estructuras sociales y de la erosión de la dignidad humana.
En este marco se inscribe *(In)refugios*, un proyecto centrado en las nociones de exilio y desarraigo, nacido a partir de los restos de un antiguo campo de concentración. La obra aborda la memoria y el olvido como fuerzas en tensión, así como los procesos de aniquilamiento del ser humano, de su identidad y de sus valores, poniendo en cuestión las narrativas de protección, refugio y pertenencia.
En *El triunfo de la derrota* la ruina no constituye el fin último, sino un medio: una vía para iluminar el camino oscuro de la derrota. Esta derrota se despliega en dos dimensiones complementarias. Por un lado, la derrota histórica —política, moral y medioambiental— vinculada a los vencidos de la historia y a las lecturas críticas de autores como Walter Benjamin, Giorgio Agamben o Pier Paolo Pasolini. Por otro, la derrota íntima, inherente a la condición humana, entendida como una sucesión de rendiciones que atraviesan la experiencia individual.
Lejos de una visión puramente nihilista, el proyecto identifica en esta derrota una dimensión sublime: la celebración del derrotado como figura que encarna una forma radical de valentía. En el punto más alto de este recorrido aparece la derrota del ego, concebida como etapa final del proceso y, al mismo tiempo, como posible umbral hacia otra forma de estar en el mundo.
En una distorsión temporal deliberada, escenarios postapocalípticos, ruinas del pasado, anticipaciones de futuros desastres y memorias de tragedias históricas se superponen y se entrelazan, conformando una genealogía cíclica de la catástrofe. En el centro de este entramado se sitúa el espectador, confrontado de manera directa con su propia mortalidad y con la imposibilidad de permanecer al margen de aquello que se derrumba.