# El Uroboros
**Por Jorge Luis Borges**
Ahora el océano es un mar o un sistema de mares para los griegos, era un [[../../Themarium/El río/El río|río]] circular que rodeaba la terra. Todas las aguas fluían de él y no tenian desembocadura ni fuentes. Era también un dios o un titán, quizás el más antiguo, porque el Sueño, en el libro decimocuarto de la Ilíada, lo llama origen de los dioses: en la Teogonía de Hesiodo, es el padre de todos los ríos del mundo, que son tres mil, y que encabezan el Alfeo y el Nilo. Un anciano de barba caudalosa era su personificación habitual; la humanidad, al cabo de siglos, dio con un símbolo mejor.
Heráclito había dicho que en la circunferencia el principio y el fin son un solo punto. Un amuleto griego del siglo III, conservado en el Museo Británico, nos da la imagen que mejor puede ilustrar esta infinitud: la serpiente que se muerde la cola o, como bellamente dirá Martinez Estrada, «que empieza al fin de su cola». [[../../Fragmentarium/Ouroboros|Uroboros]] (el que se devora la cola) es el nombre técnico de este monstruo, que luego prodigaron los alquimistas.
Su más famosa aparición está en la cosmogonía escandinava. En la Edda Prosaica o Edda Menor, consta que Loki engendró un lobo y una serpiente. Un oráculo advirtió a los dioses que estas criaturas serían la perdición de la tierra. Al lobo, Fenrir, lo sujetaron con una cadena forjada con seis cosas imaginarias: «el ruido de la pisada del gato, la barba de la mujer, la raíz de la roca, los tendones del oso, el aliento del pez y la saliva del pájaro». A la serpiente, Jörmungandr, «la tiraron al mar que rodea la tierra y en el mar ha crecido de tal manera que ahora también rodea la tierra y se muerde la cola».
En Jötunheim, que es la tierra de los gigantes, Utgarda-Loki desafía al dios Thor a levantar un gato; el dios, empleando toda su fuerza, apenas logra que una de las patas no toque el suelo; el gato es la serpiente. Thor ha sido engañado por artes mágicas.
Cuando llegue el Crepúsculo de los Dioses, la serpiente devorará la tierra; y el lobo, el sol.
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Borges, J. L. (1986). _El libro de los seres imaginarios_ (4. ed). Bruguera.
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